Leonardo Flores se sienta lánguidamente en su cama, para pasar el día como lo ha hecho por los últimos tres meses de su estancia en una sala del estatal Hospital José Benítez, reporta Foreing Policy.
En enero, Flores, de 42 años de edad y técnico en computación, viajaba en un automóvil cuando fue atropellado por un camión conducido por un conductor ebrio. Fue llevado al hospital, donde los médicos lograron estabilizarlo e inmovilizar la pierna derecha, que había sufrido una grave fractura.
"Me dijeron que necesitaba una cirugía para colocar dos pasadores en mi fémur", dijo. "Pero el hospital no los tiene, así que mi familia tuvo que comprarlos. Y cuando luego los tenía, los médicos no podían operar, ya que no tienen medicamentos, suministros, y tampoco la anestesia. Me pusieron en una lista de espera".
Entonces, un cirujano se ofreció a operarlo por un soborno de 18.000 bolívares (2.850 dólares, al tipo de cambio oficial), tres veces el salario mínimo, recuerda el artículo. Pero una radiografía reveló que su hueso había empezado a volver a soldar fuera del centro. Así que los médicos tuvieron que volver a romperlo antes de que pudieran operar, ocasión de un nuevo retraso. "Ahora no tengo idea de cuándo me van a operar. No puedo trabajar. Mi familia está gastando todo su dinero en tratar de programar mi operación y sacarme de aquí", dijo Flores a Foreing Policy.
Esto está lejos de lo que el difunto mandatario izquierdista Hugo Chávez prometió demagógicamente al pueblo cuando ganó la Presidencia en 1998: Atención médica buena y gratuita para todos. Al principio, Chávez fue fiel a su palabra, trayendo miles de médicos cubanos mandados por el régimen de la isla como soldados en campaña.
Irónicamente, Chávez murió de cáncer de marzo 2013 después de recibir lo que parece fue un mal tratamiento en Cuba, adonde fue a atenderse por desconfianza en la Medicina de su propio país.
Hoy, el chavismo es visto cada vez más como un peligro para la salud de las personas que como una solución de salud, entre otras cosas por la escasez generalizada de medicamentos y suministros de salud, un éxodo de médicos, la ineptitud burocrática y la corrupción.
"Tenemos una crisis humanitaria aquí", dice Mauricio Gutiérrez, quien encabeza una organización de salud no gubernamental para los pacientes VIH-positivos. "El sector de la salud pública no busca la protección de las personas. En verdad se permite que mueran". Los funcionarios del Ministerio de Salud no devolvieron las llamadas telefónicas o las solicitudes de correo electrónico para una entrevista de la revista estadounidense.
Al menos parte de la crisis de salud es por la cada vez peor situación económica de Venezuela. Pero incluso antes de tener problemas económicos, el Gobierno socialista de Venezuela no había priorizado la atención de salud para el pueblo.
Según el Banco Mundial, Caracas destinó alrededor del 3.4% del PIB para el cuidado de la salud en 2013, frente al 4.7% el año anterior. Los países con mucho menos riqueza de recursos a su disposición superaron a Venezuela en 2013: Belice, Jamaica y la pequeña isla de Granada dedicaron 5.4, 5.8, y 6.3% del PIB a la asistencia sanitaria, respectivamente.
En menos de 16 años de chavismo, el Ministerio de Salud ha sido liderado por 13 ministros diferentes, la mayoría de los cuales sirvieron menos de un año. El presidente Nicolás Maduro, quien sucedió a Chávez en marzo de 2013, ya ha nombrado cuatro ministros de salud en sus dos primeros años de mandato.
Estos burócratas duran tanto como el público demora en quejarse de los múltiples problemas del sistema de salud. Una vez que las personas plantean un gran revuelo, los ministros del Gobierno son usados como los chivos expiatorios de los males de un sistema importado desde Cuba.
Las consecuencias para los venezolanos son elocuentes. Muchos medicamentos, como la insulina, la aspirina, antibióticos y medicamentos para la presión arterial, son escasos. Suministros necesarios para las operaciones cuentan con la misma carestía.
La Red de Médicos por la Salud, una organización no gubernamental, informó el mes pasado que casi la mitad de los quirófanos no pueden funcionar por la falta de suministros y personal capacitado. Una encuesta citada por la organización muestra una escasez del 68% de instrumentos quirúrgicos, y un déficit de medicamentos que ahora suma 70%.
A consecuencia de todo ello, no sólo son los médicos venezolanos quienes están huyendo del país, sino que el personal médico cubano lo está abandonando en masa también.
Según la ONG Solidaridad de Médicos sin Frontera, con sede en Miami, un grupo de apoyo que ayuda al personal médico cubano a emigrar a Estados Unidos, en la actualidad hay alrededor de 22.000 integrantes del personal médico cubano en Venezuela, incluyendo doctores, dentistas, enfermeras y otros profesionales de la salud. Pero cientos siguen deslizándose a través de las fronteras de Colombia o Brasil, en el camino a Estados Unidos, donde la ley les permite reclamar la residencia inmediata y trabajo.