Lo que a simple vista podría parecer la opinión de periodistas comprometidos con las ideas castristas, es en realidad un organizado y obligatorio sistema de réplicas para contrarrestar en internet las informaciones que resulten incómodas al poder en Cuba.
Proyecto Enjambre ha nombrado el gobierno cubano a este grupo selecto de periodistas de todos los medios de prensa oficiales, que tuitean bajo las mismas etiquetas, siguen las mismas cuentas y divulgan las mismas informaciones al unísono.
Un periodista cubano que por razones obvias prefiere el anonimato puso como ejemplo que recientemente se pidió a los miembros de la prensa oficialista brindar al entonces candidato a la presidencia venezolana Nicolás Maduro el mismo apoyo que una vez se le ofreció a Hugo Chávez, a través de las redes sociales.
Actualmente en cada provincia de Cuba existe un grupo de 8 a 10 personas, que desde sus casas o centros de trabajo, generalmente bajo identidades falsas intentan contrarrestar las informaciones u opiniones que no favorezcan la imagen internacional del gobierno.
Esta política de enfrentamiento del gobierno, bautizada por ellos como Cibermambí, lleva ya varios años implementando este sistema de réplicas, pero no es hasta ahora que el primer vicepresidente cubano Miguel Díaz-Canel ha comenzado a generalizarlo, pues su nuevo cargo incluye la atención directa a la rama ideológica, aseguran dichas fuentes.
Cibermambí, que comenzó a gestarse en enero de 2010 a partir de un curso de periodismo digital en el Instituto Internacional de Periodismo “José Martí”, se extiende ahora a las provincias, de la mano de periodistas e informáticos de los medios, bajo la orden del Comité Central del Partido y el departamento ideológico del Ministerio del Interior.
El poder en Cuba se encontró impotente ante noticias de la oposición interna que acaparaban titulares en medios de prensa del mundo, como el fallecimiento durante una huelga de hambre del disidente Orlando Zapata Tamayo o las opiniones de Yoani Sánchez en su blog Generación Y.
El joven opositor Eliécer Ávila, quien durante su visita a Europa anunció la fundación de la organización política Somos Más a su regreso a la isla, está ya en el punto de mira de este “enjambre”, con materiales audiovisuales que intentan dar nuevos significados al nombre de dicho movimiento.
“De esta forma se hace justicia a la verdad. En Cuba para afirmar Somos + hace falta contar con el pueblo. Nos vemos el 1ro. de Mayo en la Plaza de la Revolución,” así introducen el video en Youtube que presenta a Ávila, Yoani Sánchez y las Damas de Blanco como “mercenarios” y los separa del pueblo cubano.
El ingeniero en informática Eliécer Ávila recuerda de sus días de estudiante de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI ) la Operación Verdad: “un grupo de estudiantes especialmente escogidos para contrarrestar las opiniones contrarias al criterio del gobierno cubano en internet, asesorados por las más altas esferas de poder (…) bajo la apariencia de ciudadanos comunes”.
Ávila indicó, que según ha sabido, Operación Verdad fue el experimento inicial, pero luego han implementado réplicas del proyecto “no solo a nivel de periodistas sino también a nivel de Joven Club, y de otras universidades.”
Para las autoridades cubanas todo se reduce al campo de batalla. Según ellos, toda crítica contraria a la posición oficialista cubana través de internet es parte de la “ciberguerra”, incluso lo publicado en medios de prensa del mundo, sin compromisos con ninguna de las partes cubanas.
Cualquiera puede ser un enemigo para este ejército, desde agencias noticiosas como CNN hasta blogueros, y acusan a estos periodistas y comunicadores de distorsionar opiniones y exagerar el impacto real de las acciones de la oposición en la isla. Aunque el gobierno de los Estados Unidos continúa siendo el villano favorito, algunos diplomáticos extranjeros también son señalados con el dedo.
De algo sí están claros: Twitter, Facebook y YouTube son las nuevas y poderosas armas de los periodistas independientes y opositores cubanos.
Pero el proyecto Cibermambí va más allá de la réplica a opiniones contrarias a las suyas, se trata de modernizar a la prensa cubana, prácticamente ausente del ciberespacio hasta hace muy poco, por razones obvias de poca y lenta conectividad.
Con estos objetivos hasta el momento se han impartido en toda Cuba más de una treintena de cursos, tanto para medios de prensa como para otros organismos y entidades de la administración central del estado.
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) es parte fundamental en el propósito de hacer realidad esta presencia en la internet, de hecho sus funcionarios se unen a las mencionadas reuniones.
El trabajo se monitorea a partir de un grupo llamado “contrainjerencia”, compuesto por Rolando Alfonso Borges, jefe del departamento ideológico del Partido, y Joaquín Suárez, funcionario del mismo.
Otros miembros de este equipo son Bertha Mojena, Jorge Legaño, Sonia Benítez y Percy Alvarado, además de los autores de blogs como La isla desconocida, Cambios en Cuba, Vladia, La pupila insomne, y otros blogueros extranjeros afines al gobierno.
No obstante, sus planes son ampliar el proyecto a sectores como cultura, turismo, y personal universitario, de acuerdo con el ancho de banda de cada entidad.
Proyecto Enjambre ha nombrado el gobierno cubano a este grupo selecto de periodistas de todos los medios de prensa oficiales, que tuitean bajo las mismas etiquetas, siguen las mismas cuentas y divulgan las mismas informaciones al unísono.
Un periodista cubano que por razones obvias prefiere el anonimato puso como ejemplo que recientemente se pidió a los miembros de la prensa oficialista brindar al entonces candidato a la presidencia venezolana Nicolás Maduro el mismo apoyo que una vez se le ofreció a Hugo Chávez, a través de las redes sociales.
Actualmente en cada provincia de Cuba existe un grupo de 8 a 10 personas, que desde sus casas o centros de trabajo, generalmente bajo identidades falsas intentan contrarrestar las informaciones u opiniones que no favorezcan la imagen internacional del gobierno.
Esta política de enfrentamiento del gobierno, bautizada por ellos como Cibermambí, lleva ya varios años implementando este sistema de réplicas, pero no es hasta ahora que el primer vicepresidente cubano Miguel Díaz-Canel ha comenzado a generalizarlo, pues su nuevo cargo incluye la atención directa a la rama ideológica, aseguran dichas fuentes.
Cibermambí, que comenzó a gestarse en enero de 2010 a partir de un curso de periodismo digital en el Instituto Internacional de Periodismo “José Martí”, se extiende ahora a las provincias, de la mano de periodistas e informáticos de los medios, bajo la orden del Comité Central del Partido y el departamento ideológico del Ministerio del Interior.
El poder en Cuba se encontró impotente ante noticias de la oposición interna que acaparaban titulares en medios de prensa del mundo, como el fallecimiento durante una huelga de hambre del disidente Orlando Zapata Tamayo o las opiniones de Yoani Sánchez en su blog Generación Y.
El joven opositor Eliécer Ávila, quien durante su visita a Europa anunció la fundación de la organización política Somos Más a su regreso a la isla, está ya en el punto de mira de este “enjambre”, con materiales audiovisuales que intentan dar nuevos significados al nombre de dicho movimiento.
“De esta forma se hace justicia a la verdad. En Cuba para afirmar Somos + hace falta contar con el pueblo. Nos vemos el 1ro. de Mayo en la Plaza de la Revolución,” así introducen el video en Youtube que presenta a Ávila, Yoani Sánchez y las Damas de Blanco como “mercenarios” y los separa del pueblo cubano.
El ingeniero en informática Eliécer Ávila recuerda de sus días de estudiante de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI ) la Operación Verdad: “un grupo de estudiantes especialmente escogidos para contrarrestar las opiniones contrarias al criterio del gobierno cubano en internet, asesorados por las más altas esferas de poder (…) bajo la apariencia de ciudadanos comunes”.
Ávila indicó, que según ha sabido, Operación Verdad fue el experimento inicial, pero luego han implementado réplicas del proyecto “no solo a nivel de periodistas sino también a nivel de Joven Club, y de otras universidades.”
Para las autoridades cubanas todo se reduce al campo de batalla. Según ellos, toda crítica contraria a la posición oficialista cubana través de internet es parte de la “ciberguerra”, incluso lo publicado en medios de prensa del mundo, sin compromisos con ninguna de las partes cubanas.
Cualquiera puede ser un enemigo para este ejército, desde agencias noticiosas como CNN hasta blogueros, y acusan a estos periodistas y comunicadores de distorsionar opiniones y exagerar el impacto real de las acciones de la oposición en la isla. Aunque el gobierno de los Estados Unidos continúa siendo el villano favorito, algunos diplomáticos extranjeros también son señalados con el dedo.
De algo sí están claros: Twitter, Facebook y YouTube son las nuevas y poderosas armas de los periodistas independientes y opositores cubanos.
Pero el proyecto Cibermambí va más allá de la réplica a opiniones contrarias a las suyas, se trata de modernizar a la prensa cubana, prácticamente ausente del ciberespacio hasta hace muy poco, por razones obvias de poca y lenta conectividad.
Con estos objetivos hasta el momento se han impartido en toda Cuba más de una treintena de cursos, tanto para medios de prensa como para otros organismos y entidades de la administración central del estado.
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) es parte fundamental en el propósito de hacer realidad esta presencia en la internet, de hecho sus funcionarios se unen a las mencionadas reuniones.
El trabajo se monitorea a partir de un grupo llamado “contrainjerencia”, compuesto por Rolando Alfonso Borges, jefe del departamento ideológico del Partido, y Joaquín Suárez, funcionario del mismo.
Otros miembros de este equipo son Bertha Mojena, Jorge Legaño, Sonia Benítez y Percy Alvarado, además de los autores de blogs como La isla desconocida, Cambios en Cuba, Vladia, La pupila insomne, y otros blogueros extranjeros afines al gobierno.
No obstante, sus planes son ampliar el proyecto a sectores como cultura, turismo, y personal universitario, de acuerdo con el ancho de banda de cada entidad.