El máximo jerarca del catolicismo, el papa Benedicto XVI, acaba de llegar a Santiago de Cuba, donde oficiará una misa alrededor de las 5 y 30 p.m. en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo.
Tras descender del avión, el Papa estrechó las manos de Raúl Castro y caminó por la alfombra roja, donde lo recibieron cuatro niños que le hicieron entrega de unas flores y Benedicto bendijo a cada uno de ellos.
Raúl Castro recibió al Papa con una arenga política, en la que criticó a Estados Unidos por mantener a la isla bajo un embargo económico.
En la introducción de su discurso comenzó a referirse a las diferencias políticas con Estados Unidos, que según documentos desclasificados “su objetivo sigue siendo causar hambre, desesperación”. En su repaso del mismo discurso de siempre continuó hablando de que “hemos enfrentado carencias”, refiriéndose al embargo.
En su discurso nacionalista citó a su hermano Fidel Castro cuando dijo que “una importante especie biológica está a punto de desaparecer” por “la presencia de enormes armas nucleares” sin dejar de referirse a la causa de las próximas guerras.
Continuó hablando de “los indignados que no soportan la injusticia” en tanto “una ínfima parte de la población acumula las riquezas”.
Benedicto XVI saludó a todas las personas que fueron a recibirlo y señaló que tiene presente en su corazón a los cubanos. Recordó la visita de Juan Pablo II a la isla, y mencionó sus ejemplos y enseñanzas.
“Vengo a Cuba como el peregrino de la Caridad”, señaló, y agregó que “Cuba está mirando hacia el mañana para ensanchar sus horizontes". A los cubanos "los tengo muy presentes en mi corazón y en mi oración".
"Todavía quedan muchos aspectos" en los que debe avanzar la relación entre la Iglesia católica y el Estado de Cuba y aseguró que lleva en su corazón "las justas aspiraciones y legítimos deseos" de "todos los cubanos, dondequiera que se encuentren", indicó el Papa.
"Ruego al Señor que bendiga copiosamente a esta tierra y a sus hijos, en particular a los que se sienten desfavorecidos, a los marginados y a cuantos sufren en el cuerpo o en el espíritu, al mismo tiempo que, por intercesión de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, conceda a todos un futuro lleno de esperanza, solidaridad y concordia", concluyó el Santo Padre.
Benedicto XVI viajará el martes a La Habana, donde culminará el próximo 28 de marzo su vigésimo tercera visita apostólica internacional.
Tras descender del avión, el Papa estrechó las manos de Raúl Castro y caminó por la alfombra roja, donde lo recibieron cuatro niños que le hicieron entrega de unas flores y Benedicto bendijo a cada uno de ellos.
Raúl Castro recibió al Papa con una arenga política, en la que criticó a Estados Unidos por mantener a la isla bajo un embargo económico.
En la introducción de su discurso comenzó a referirse a las diferencias políticas con Estados Unidos, que según documentos desclasificados “su objetivo sigue siendo causar hambre, desesperación”. En su repaso del mismo discurso de siempre continuó hablando de que “hemos enfrentado carencias”, refiriéndose al embargo.
En su discurso nacionalista citó a su hermano Fidel Castro cuando dijo que “una importante especie biológica está a punto de desaparecer” por “la presencia de enormes armas nucleares” sin dejar de referirse a la causa de las próximas guerras.
Continuó hablando de “los indignados que no soportan la injusticia” en tanto “una ínfima parte de la población acumula las riquezas”.
Benedicto XVI saludó a todas las personas que fueron a recibirlo y señaló que tiene presente en su corazón a los cubanos. Recordó la visita de Juan Pablo II a la isla, y mencionó sus ejemplos y enseñanzas.
“Vengo a Cuba como el peregrino de la Caridad”, señaló, y agregó que “Cuba está mirando hacia el mañana para ensanchar sus horizontes". A los cubanos "los tengo muy presentes en mi corazón y en mi oración".
"Todavía quedan muchos aspectos" en los que debe avanzar la relación entre la Iglesia católica y el Estado de Cuba y aseguró que lleva en su corazón "las justas aspiraciones y legítimos deseos" de "todos los cubanos, dondequiera que se encuentren", indicó el Papa.
"Ruego al Señor que bendiga copiosamente a esta tierra y a sus hijos, en particular a los que se sienten desfavorecidos, a los marginados y a cuantos sufren en el cuerpo o en el espíritu, al mismo tiempo que, por intercesión de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, conceda a todos un futuro lleno de esperanza, solidaridad y concordia", concluyó el Santo Padre.
Benedicto XVI viajará el martes a La Habana, donde culminará el próximo 28 de marzo su vigésimo tercera visita apostólica internacional.