Los miembros de la Cámara de Representantes de EE.UU. Ileana Ros-Lehtinen y Mario Diaz-Balart enviaron una carta a Adam Szubin, Director de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, OFAC, del Departamento del Tesoro, en la que solicitan información sobre el tipo de licencia que recibieron para viajar a Cuba la cantante Beyoncé y su esposo el productor Jay-Z.
En su mensaje, Ros-Lehtinen y Díaz-Balart puntualizan que a pesar de la clara prohibición contra el turismo en Cuba, numerosas informaciones en la prensa describen el viaje de la pareja a La Habana como turístico, y el régimen de los Castro lo ha catalogado como vacacional en su propaganda.
La misiva recuerda que las leyes de EE.UU. prohíben expresamente conceder licencias para transacciones financieras relacionadas con "actividades turísticas" en Cuba. Apunta que en caso de haberse otorgado a los artistas licencias para los llamados viajes “de pueblo a pueblo”, una asesoría emitida por la OFAC precisa que éstas sólo se conceden a grupos que puedan certificar que los participantes dedicarán todo su tiempo a actividades de intercambio educativo que den lugar a una interacción significativa entre los viajeros y personas en Cuba.
Los congresistas explican que dichas restricciones se deben a que “la dictadura cubana es uno de los cuatro Estados Patrocinadores del Terrorismo designados por Estados Unidos”, por lo cual se prohíbe a ciudadanos estadounidenses gastar en la isla su dinero para actividades turísticas.
Terminan diciendo los dos legisladores cubanoamericanos que las restricciones a los viajes turísticos a Cuba son medidas de sentido común para evitar que los dólares estadounidenses apuntalen a un régimen asesino, que se opone invariablemente a los intereses de seguridad de Estados Unidos, y que priva sin piedad a su pueblo de las libertades fundamentales de expresión, reunión y creencias. “Al negarnos a mantener a sus carceleros, apoyamos al pueblo cubano”, concluye la carta.
En su mensaje, Ros-Lehtinen y Díaz-Balart puntualizan que a pesar de la clara prohibición contra el turismo en Cuba, numerosas informaciones en la prensa describen el viaje de la pareja a La Habana como turístico, y el régimen de los Castro lo ha catalogado como vacacional en su propaganda.
La misiva recuerda que las leyes de EE.UU. prohíben expresamente conceder licencias para transacciones financieras relacionadas con "actividades turísticas" en Cuba. Apunta que en caso de haberse otorgado a los artistas licencias para los llamados viajes “de pueblo a pueblo”, una asesoría emitida por la OFAC precisa que éstas sólo se conceden a grupos que puedan certificar que los participantes dedicarán todo su tiempo a actividades de intercambio educativo que den lugar a una interacción significativa entre los viajeros y personas en Cuba.
Los congresistas explican que dichas restricciones se deben a que “la dictadura cubana es uno de los cuatro Estados Patrocinadores del Terrorismo designados por Estados Unidos”, por lo cual se prohíbe a ciudadanos estadounidenses gastar en la isla su dinero para actividades turísticas.
Terminan diciendo los dos legisladores cubanoamericanos que las restricciones a los viajes turísticos a Cuba son medidas de sentido común para evitar que los dólares estadounidenses apuntalen a un régimen asesino, que se opone invariablemente a los intereses de seguridad de Estados Unidos, y que priva sin piedad a su pueblo de las libertades fundamentales de expresión, reunión y creencias. “Al negarnos a mantener a sus carceleros, apoyamos al pueblo cubano”, concluye la carta.