A la espera de la reforma migratoria anunciada en 2011 por el Gobierno, en Cuba crecen las voces a favor de políticas contra la creciente emigración y para aprovechar el potencial de los retornados a la isla, donde una de cuatro personas tiene un familiar emigrado temporal o definitivo, publica EFE.
La cifra fue revelada esta semana por el periódico local Invasor, al difundir una entrevista con el director del Centro de Estudios Demográficos (Cedem) de la Universidad de La Habana, Antonio Aja, para quien su país debe seguir el modelo de algunos países asiáticos si quiere cambiar la tendencia.
"Cuba debe apostar por la circularidad y temporalidad de la persona, sin que ello signifique una salida definitiva, para aprovechar las potencialidades de su población joven, profesional, como lo hacen otros países y ese es el caso de China y Vietnam", detalló.
Aja recordó, no obstante, que "pocos países tienen en su principal receptor de emigración, su principal antagonista político y económico", como le sucede a Cuba con Estados Unidos, cuyas leyes permiten a los cubanos que logran poner un pie en ese territorio solicitar su residencia permanente un año después.
Datos oficiales señalan que en 2011 el saldo migratorio global de Cuba, una nación de 11,2 millones de habitantes, fue negativo para la isla en 39.263 personas, un 3 por ciento más que en 2010 y un 7 más que en 2009.
Como promedio, durante la última década han salido del país unas 35 mil personas al año, y la cifra de 2011 constituye el pico más alto del saldo migratorio externo desde 1994, cuando tuvo lugar la "crisis de los balseros", detalla EFE.
"Son decenas de miles los que emigran cada año, jóvenes sobre todo y calificados, proceso que nos cuesta miles de millones de dólares, sin que podamos nunca resarcirnos de tales perdidas", destacó por su parte el académico Esteban Morales en su blog personal.
Para Morales, "hay que tomar medidas activas, pragmáticas, inteligentes" para "aliviar la situación tan desventajosa" que está creando la emigración, sin dejarse "atenazar por criterios obsoletos".
Abdel, un informático de 35 años que vive en La Habana, considera que el "escenario perfecto" para él sería poder salir del país con su familia por temporadas para trabajar, mejorar sus ingresos y luego regresar sin dificultad.
"No todos tienen esa opción. Pero los que la tienen deberían poder tomarla sin tener que irse de Cuba perdiendo sus derechos aquí y con fecha límite de casi un año para no convertirse en un exiliado", como sucede ahora, declaró a EFE.
En agosto de 2011 el presidente Raúl Castro reveló que su Gobierno trabajaba en una flexibilización de la restrictiva política migratoria del país y posteriormente ha insistido en que su aplicación será paulatina y sin improvisaciones. Sin embargo faltan unos pocos meses para que culmine el 2012 y nada de reforma migratoria en la isla.
Actualmente, para salir de Cuba son necesarios un permiso de salida (tarjeta blanca), una carta de invitación para abandonar el país por asuntos personales y elevados costos para conseguir esos papeles y una carta de autorización de viaje del centro laboral o de estudios.
El debate
El tema de la inmigración cubana siempre es motivo de debate. Hace una semana jóvenes cubanos que emigraron en busca de un futuro mejor comenzaron a reclamar, a través de las redes sociales, su derecho a participar en las decisiones fundamentales en su país e impulsar cambios en la isla.
El debate se generó a partir de la Carta a un joven que se va publicada por el politólogo cubano Rafael Hernández, director de la revista teórica Temas.
Hernández analiza en la misma las causas de la emigración de miles de jóvenes, la que atribuye fundamentalmente a la necesidad de realizar proyectos de vida.
"Nosotros seguimos contando contigo. Te esperamos siempre, como el que vuelve de un viaje", escribe en la carta.
"Queremos que no partas del todo, y para asegurarlo, lo primero es poner un calzo para que la puerta siga abierta", agrega su escrito lo que estimuló un debate sobre la participación de los emigrados en los asuntos públicos cubanos.
Iván López, un cubano de 28 años que vive en Bulgaria, escribió “El país ha perdido juventud y talento, y en vez de abrir un debate realista sobre cómo parar esa sangría, sigue anclado en el inmovilismo ideológico que no es otra cosa que miedo al futuro”.
"En estos veintidós años que menciona, he visto degradarse el país por que el tanto lucharon mis padres. He visto marchar a mis maestros de primaria y secundaria. He visto a familias discutir por el derecho a comerse un pan. He visto el malecón lleno de gente nerviosa gritando contra el gobierno, y gente aún más nerviosa gritando a su favor. He visto a jóvenes construyendo balsas para huir quién sabe a dónde, y a una turba lanzando m... de gato contra la casa de un “traidor”. Incluso, Rafael, he visto a un perro comiéndose a otro perro en la esquina habanera de 27 y F. Y también he visto a mi padre, que sí estuvo en Angola, con el rostro pálido, sin respuestas, el día que un custodio de hotel le dijo que no podía seguir caminando por una playa de Jibacoa (frente al camping internacional) por ser cubano . Yo estaba con él. Yo lo vi. Tenía diez años, y un niño de diez años no olvida cómo la dignidad de su padre se va a la m... Aunque haya vuelto de una guerra con tres medallas”, agregó.
En el blog Punto de Vista, Maikel Rodríguez, de 28 años quien reside en Bruselas, publicó: "Salí, como muchos, con un pasaje de regreso... pero regresaré solo el día en que la Cuba que usted (Hernández) me pinta, exista de veras. Hoy nos llaman de regreso, ayer los que se iban, también eran jóvenes, y los llamaban escorias, gusanos".
Iván López respondió a Hernández que las causas de la emigración van más allá de los proyectos personales, pues también obedecen a la imposibilidad de que haya cambios políticos en Cuba.
"¿De qué sirve mi voto? ¿Qué puedo cambiar?", se cuestionó López. "Es muy frustrante para un joven de mi edad ver que en Cuba llevamos 50 años sin que se produzca un relevo generacional porque el gobierno no lo ha permitido", resaltó.
La cifra fue revelada esta semana por el periódico local Invasor, al difundir una entrevista con el director del Centro de Estudios Demográficos (Cedem) de la Universidad de La Habana, Antonio Aja, para quien su país debe seguir el modelo de algunos países asiáticos si quiere cambiar la tendencia.
"Cuba debe apostar por la circularidad y temporalidad de la persona, sin que ello signifique una salida definitiva, para aprovechar las potencialidades de su población joven, profesional, como lo hacen otros países y ese es el caso de China y Vietnam", detalló.
Aja recordó, no obstante, que "pocos países tienen en su principal receptor de emigración, su principal antagonista político y económico", como le sucede a Cuba con Estados Unidos, cuyas leyes permiten a los cubanos que logran poner un pie en ese territorio solicitar su residencia permanente un año después.
Datos oficiales señalan que en 2011 el saldo migratorio global de Cuba, una nación de 11,2 millones de habitantes, fue negativo para la isla en 39.263 personas, un 3 por ciento más que en 2010 y un 7 más que en 2009.
Como promedio, durante la última década han salido del país unas 35 mil personas al año, y la cifra de 2011 constituye el pico más alto del saldo migratorio externo desde 1994, cuando tuvo lugar la "crisis de los balseros", detalla EFE.
"Son decenas de miles los que emigran cada año, jóvenes sobre todo y calificados, proceso que nos cuesta miles de millones de dólares, sin que podamos nunca resarcirnos de tales perdidas", destacó por su parte el académico Esteban Morales en su blog personal.
Para Morales, "hay que tomar medidas activas, pragmáticas, inteligentes" para "aliviar la situación tan desventajosa" que está creando la emigración, sin dejarse "atenazar por criterios obsoletos".
Abdel, un informático de 35 años que vive en La Habana, considera que el "escenario perfecto" para él sería poder salir del país con su familia por temporadas para trabajar, mejorar sus ingresos y luego regresar sin dificultad.
"No todos tienen esa opción. Pero los que la tienen deberían poder tomarla sin tener que irse de Cuba perdiendo sus derechos aquí y con fecha límite de casi un año para no convertirse en un exiliado", como sucede ahora, declaró a EFE.
En agosto de 2011 el presidente Raúl Castro reveló que su Gobierno trabajaba en una flexibilización de la restrictiva política migratoria del país y posteriormente ha insistido en que su aplicación será paulatina y sin improvisaciones. Sin embargo faltan unos pocos meses para que culmine el 2012 y nada de reforma migratoria en la isla.
Actualmente, para salir de Cuba son necesarios un permiso de salida (tarjeta blanca), una carta de invitación para abandonar el país por asuntos personales y elevados costos para conseguir esos papeles y una carta de autorización de viaje del centro laboral o de estudios.
El debate
El tema de la inmigración cubana siempre es motivo de debate. Hace una semana jóvenes cubanos que emigraron en busca de un futuro mejor comenzaron a reclamar, a través de las redes sociales, su derecho a participar en las decisiones fundamentales en su país e impulsar cambios en la isla.
El debate se generó a partir de la Carta a un joven que se va publicada por el politólogo cubano Rafael Hernández, director de la revista teórica Temas.
Hernández analiza en la misma las causas de la emigración de miles de jóvenes, la que atribuye fundamentalmente a la necesidad de realizar proyectos de vida.
"Nosotros seguimos contando contigo. Te esperamos siempre, como el que vuelve de un viaje", escribe en la carta.
"Queremos que no partas del todo, y para asegurarlo, lo primero es poner un calzo para que la puerta siga abierta", agrega su escrito lo que estimuló un debate sobre la participación de los emigrados en los asuntos públicos cubanos.
Iván López, un cubano de 28 años que vive en Bulgaria, escribió “El país ha perdido juventud y talento, y en vez de abrir un debate realista sobre cómo parar esa sangría, sigue anclado en el inmovilismo ideológico que no es otra cosa que miedo al futuro”.
"En estos veintidós años que menciona, he visto degradarse el país por que el tanto lucharon mis padres. He visto marchar a mis maestros de primaria y secundaria. He visto a familias discutir por el derecho a comerse un pan. He visto el malecón lleno de gente nerviosa gritando contra el gobierno, y gente aún más nerviosa gritando a su favor. He visto a jóvenes construyendo balsas para huir quién sabe a dónde, y a una turba lanzando m... de gato contra la casa de un “traidor”. Incluso, Rafael, he visto a un perro comiéndose a otro perro en la esquina habanera de 27 y F. Y también he visto a mi padre, que sí estuvo en Angola, con el rostro pálido, sin respuestas, el día que un custodio de hotel le dijo que no podía seguir caminando por una playa de Jibacoa (frente al camping internacional) por ser cubano . Yo estaba con él. Yo lo vi. Tenía diez años, y un niño de diez años no olvida cómo la dignidad de su padre se va a la m... Aunque haya vuelto de una guerra con tres medallas”, agregó.
En el blog Punto de Vista, Maikel Rodríguez, de 28 años quien reside en Bruselas, publicó: "Salí, como muchos, con un pasaje de regreso... pero regresaré solo el día en que la Cuba que usted (Hernández) me pinta, exista de veras. Hoy nos llaman de regreso, ayer los que se iban, también eran jóvenes, y los llamaban escorias, gusanos".
Iván López respondió a Hernández que las causas de la emigración van más allá de los proyectos personales, pues también obedecen a la imposibilidad de que haya cambios políticos en Cuba.
"¿De qué sirve mi voto? ¿Qué puedo cambiar?", se cuestionó López. "Es muy frustrante para un joven de mi edad ver que en Cuba llevamos 50 años sin que se produzca un relevo generacional porque el gobierno no lo ha permitido", resaltó.