El Departamento de Estado reiteró hoy su petición de que Cuba ponga en libertad al contratista estadounidense Alan Gross, en el tercer aniversario de su encarcelamiento en la isla, que se cumple este lunes.
Alan Gross, de 63 años, fue encarcelado el 3 de diciembre de 2009 y condenado a 15 años de prisión bajo cargos de atentar contra la seguridad del Estado.
Tanto su esposa, Judy, como el gobierno de Estados Unidos han insistido en que La Habana lo ponga en libertad por razones humanitarias.
"Seguimos pidiéndole al gobierno cubano que le conceda a Alan Gross permiso para viajar a Estados Unidos para visitar a su madre de 90 años, Evelyn Gross, quien está gravemente enferma. Esto es un asunto humanitario", dijo el lunes en un comunicado Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado.
"El gobierno cubano debe poner en libertad a Alan Gross y regresarlo con su familia, donde pertenece", agregó Toner, y destacó que Gross es un "dedicado profesional" con una larga trayectoria de ofrecer asistencia y apoyo a comunidades marginadas en más de 50 países.
El vocero del Departamento de Estado recordó que, desde que fue encarcelado, Gross ha perdido más de 45 kilos, sufre de artritis degenerativa y otros problemas de salud y que su familia está ansiosa de evaluar si recibe un tratamiento médico apropiado, algo que solo se puede determinar si lo examina un médico de su elección.
También en Washington, D.C, el nuevo encargado de la Sección de Intereses de Cuba, José Ramón Cabañas, divulgó una carta enviada a destacados líderes de la comunidad judía en EE.UU. que también exigen al gobernante cubano, Raúl Castro, la liberación de Gross.
En la misiva, Cabañas reiteró la postura del gobierno cubano de que Gross no tiene una enfermedad maligna y que una biopsia realizada en la lesión en su hombro derecho "no es cancerosa".
En las últimas semanas la familia de Alan Gross ha aumentado las presiones públicas para lograr la liberación del subcontratista estadounidense, en paralelo a los esfuerzos que realizan por la vía diplomática.
Alan Gross, de 63 años, fue encarcelado el 3 de diciembre de 2009 y condenado a 15 años de prisión bajo cargos de atentar contra la seguridad del Estado.
Tanto su esposa, Judy, como el gobierno de Estados Unidos han insistido en que La Habana lo ponga en libertad por razones humanitarias.
"Seguimos pidiéndole al gobierno cubano que le conceda a Alan Gross permiso para viajar a Estados Unidos para visitar a su madre de 90 años, Evelyn Gross, quien está gravemente enferma. Esto es un asunto humanitario", dijo el lunes en un comunicado Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado.
"El gobierno cubano debe poner en libertad a Alan Gross y regresarlo con su familia, donde pertenece", agregó Toner, y destacó que Gross es un "dedicado profesional" con una larga trayectoria de ofrecer asistencia y apoyo a comunidades marginadas en más de 50 países.
El vocero del Departamento de Estado recordó que, desde que fue encarcelado, Gross ha perdido más de 45 kilos, sufre de artritis degenerativa y otros problemas de salud y que su familia está ansiosa de evaluar si recibe un tratamiento médico apropiado, algo que solo se puede determinar si lo examina un médico de su elección.
También en Washington, D.C, el nuevo encargado de la Sección de Intereses de Cuba, José Ramón Cabañas, divulgó una carta enviada a destacados líderes de la comunidad judía en EE.UU. que también exigen al gobernante cubano, Raúl Castro, la liberación de Gross.
En la misiva, Cabañas reiteró la postura del gobierno cubano de que Gross no tiene una enfermedad maligna y que una biopsia realizada en la lesión en su hombro derecho "no es cancerosa".
En las últimas semanas la familia de Alan Gross ha aumentado las presiones públicas para lograr la liberación del subcontratista estadounidense, en paralelo a los esfuerzos que realizan por la vía diplomática.