La agricultura en Cuba continúa en crisis y el país aún depende de las importaciones de alimentos luego de cinco años del general Raúl Castro al frente del país y de sus esfuerzos por reformar el sector, de acuerdo a un informe gubernamental emitido esta semana al que tuvo acceso la agencia Reuters.
El gobierno está invirtiendo en algunos cultivos para reducir las importaciones de alimentos y en otros para impulsar las exportaciones, mientras que el Estado gradualmente va flexibilizando la producción y distribución agrícola en favor de la iniciativa individual.
Cuba, desprovisto de efectivo, importa alrededor del 60 por ciento de los alimentos que consume a un costo de 2.000 millones de dólares anuales principalmente cereales, arroz, frijoles, maíz y soja, así como leche en polvo y pollo.
El año pasado, 500 millones de dólares de las importaciones procedían de Estados Unidos, en virtud de una excepción al embargo comercial que permite la venta de productos agrícolas a la isla pagando en efectivo.
Los cultivos de exportación como el café y los cítricos, el tabaco y la caña de azúcar disminuyeron en los últimos cinco años, según el reporte.
A la ganadería no le fue mejor con la mayoría de las categorías estancadas o en descenso, excepto la producción de leche que se incrementó en un 8 por ciento hasta 604.000 toneladas.
Cuba y Brasil han estado trabajando durante varios años en el cultivo de soja por primera vez en la isla caribeña, alternando con el cultivo del maíz. Pero no hubo ninguna mención de la soja en un informe de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas, mientras la producción del maíz se elevó en sólo 30.000 toneladas a 360.000 toneladas en los últimos cinco años.
El Estado posee el 80 por ciento de la tierra y arrienda el 70 por ciento a los agricultores y las cooperativas. El otro 20 por ciento de la tierra es propiedad de las familias de los agricultores privados y sus cooperativas y produce un porcentaje mucho mayor de alimentos para la nación.
El gobierno está invirtiendo en algunos cultivos para reducir las importaciones de alimentos y en otros para impulsar las exportaciones, mientras que el Estado gradualmente va flexibilizando la producción y distribución agrícola en favor de la iniciativa individual.
Cuba, desprovisto de efectivo, importa alrededor del 60 por ciento de los alimentos que consume a un costo de 2.000 millones de dólares anuales principalmente cereales, arroz, frijoles, maíz y soja, así como leche en polvo y pollo.
El año pasado, 500 millones de dólares de las importaciones procedían de Estados Unidos, en virtud de una excepción al embargo comercial que permite la venta de productos agrícolas a la isla pagando en efectivo.
Los cultivos de exportación como el café y los cítricos, el tabaco y la caña de azúcar disminuyeron en los últimos cinco años, según el reporte.
A la ganadería no le fue mejor con la mayoría de las categorías estancadas o en descenso, excepto la producción de leche que se incrementó en un 8 por ciento hasta 604.000 toneladas.
Cuba y Brasil han estado trabajando durante varios años en el cultivo de soja por primera vez en la isla caribeña, alternando con el cultivo del maíz. Pero no hubo ninguna mención de la soja en un informe de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas, mientras la producción del maíz se elevó en sólo 30.000 toneladas a 360.000 toneladas en los últimos cinco años.
El Estado posee el 80 por ciento de la tierra y arrienda el 70 por ciento a los agricultores y las cooperativas. El otro 20 por ciento de la tierra es propiedad de las familias de los agricultores privados y sus cooperativas y produce un porcentaje mucho mayor de alimentos para la nación.