Al cumplirse dos semanas del paso del huracán Rafael, la población cubana manifiesta su frustración por la escasez de alimentos, los prolongados apagones y la falta de ayuda gubernamental.
La activista dijo que Cuba es un estado fallido que somete a su pueblo a una crisis sin precedentes y lo reprime cuando protesta. Señaló que "mientras Europa piensa y decide" en la isla siguen muriendo los presos políticos.
Los constantes apagones frenan las actividades productivas en Cuba, incluyendo las del sector privado, en medio de un escenario de crisis en el que aumenta la incertidumbre y el temor de la ciudadanía a otro colapso energético.
Dos semanas después del paso del huracán Rafael por el occidente de Cuba casi el 40% de la población de Artemisa, la provincia más golpeada por el fenómeno, sigue sin electricidad.
Campesinos de la provincia de Artemisa, la más golpeada por el huracán Rafael, perdieron todo a causa del ciclón. "Si piensas que las cosas están mal ahora, espera un mes", dijo uno de ellos.
La presa política cubana Yunaiky de la Caridad Linares Rodríguez fue trasladada a régimen de mayor severidad luego de permanecer varios días en una celda de castigo.
Rafael Borrero Torres, de 17 años, está detenido en la unidad policial del municipio Mella. Hay otras tres mujeres de esa localidad bajo arresto.
Más de 300 violaciones a los derechos humanos ocurrieron en Cuba en septiembre y octubre, según la Fundación para la Democracia Panamericana.
En muchos barrios de la capital cubana el servicio de agua potable se mantiene seriamente afectado.
Un juez de la División Civil del Tribunal de Apelaciones de Londres señaló que el Tribunal Superior tenía razón al considerar que las deudas fueron válidamente transferidas a la firma de inversiones CRF.
La salida de la principal Central Termoeléctrica de Cuba por una reparación de 96 horas ha disparado los temores de otro colapso nacional de la red eléctrica. La población siente que está al límite y culpa a sus dirigentes.
Un video compartido en redes por un párroco local revela la vida humilde y en pobreza material de los fieles a su cargo en una comunidad rural en Cuba, que consideran el 2024 uno de los peores años que les ha tocado vivir.
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