El politólogo cubano-estadounidense Eugenio Yáñez dice en el portal Cubaencuentro a propósito del Día de la Independencia de los Estados Unidos que hoy se celebra el 240 aniversario “de la única revolución verdaderamente victoriosa en el mundo, sin Saturnos que hayan devorado a sus hijos. Donde cada generación vive mejor y más plenamente que la anterior. Y ofreciendo cada vez más y mejores condiciones de vida a sus ciudadanos, sin necesidad de guillotinas, paredones de fusilamiento, delatores, paramilitares, turbas o nomenklaturas”.
Yáñez aclara que no se trata de una nación perfecta, ya que aunque nació proclamando el derecho de todas las personas —menos los negros esclavos— a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, necesitó otros esfuerzos, incluida una guerra civil, para abolir la esclavitud y que “personas de la raza negra pudieran tomar agua en los mismos bebederos que los blancos, sentarse en cualquier asiento en un ómnibus sin necesidad de humillarse, asistir a las mismas escuelas con las mismas oportunidades, o aspirar en igualdad de condiciones a los cargos electivos, incluso el de Presidente del país”.
El autor se refiere a las manifestaciones diversas del antiamericanismo en el mundo, desde insultos hasta ataques terroristas, pero dice que “en el fondo nos envidian. Por nuestras libertades, nuestra igualdad, nuestra democracia, nuestras riquezas, nuestros éxitos y nuestras expectativas cotidianas”. .
Acerca de la democracia estadounidense destaca como EE.UU. es un país donde el límite es el cielo, pero el hombre más poderoso del mundo puede ser reelecto solamente una vez; donde uno puede expresar libremente todo lo que piense sobre cualquier tema, sin temor a represalias; y a diferencia de las tiranías donde los gobernados temen a los gobernantes, los ocupantes de los cargos electivos temen a los gobernados, porque saben que sin su voto, no les queda más remedio que largarse de su cargo.
Señala como la economía y la sociedad estadounidenses “se desarrollan porque funcionan en un entorno de libertades y respeto a las leyes y los derechos de las personas”, sin que se necesiten “ni líderes iluminados que se eternizan en el poder. Ni partidos de vanguardia de nada, ni “organizaciones de masas”
Yáñez tampoco olvida la generosidad para con el extranjero del país que al pie de la Estatua de la Libertad invita: "¡Dadme a vuestros rendidos, a vuestros pobres, vuestras masas hacinadas anhelando respirar en libertad!”. Es un país, dice el articulista,“donde aunque no hayamos nacido en él tenemos todos los derechos posibles menos el de ser presidente o vicepresidente”.
“¿Alguien puede mostrar un país mejor para vivir?”, concluye diciendo.