El gobierno de Cuba fue reelecto para un nuevo período como miembro del Consejo de Derechos Humanos durante la votación registrada este viernes en la Asamblea General de Naciones Unidas que sesiona en New York.
Cuba competía por uno de los dos asientos vacantes en el grupo de América Latina y el El Caribe al que aspiraban también Brasil y Guatemala.
La candidatura cubana obtuvo el respaldo de 160 de los 193 Estados miembros, mientras que la brasileña recibió 137 votos a favor y la guatemalteca se quedó en 82.
La reelección del gobierno cubano, señalado como un violador de los derechos humanos por distintas organizaciones internacionales, ha sido criticada fuertemente por Elizardo Sánchez, dirigente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
“Se trata de una mayoría mecánica de gobiernos criminales que violentan los derechos fundamentales de sus ciudadanos y actúan como una especie de pandilla en los organismos internacionales, entre los cuales el gobierno de Cuba ejerce un papel de liderazgo”, dijo Sánchez en entrevista concedida al periodista Amado Gil de Radio Martí.
El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, con sede en Ginebra, Suiza, consta de 47 miembros que ejercen por un período de tres años y no pueden ser reelectos tras dos períodos consecutivos.
Un total de 14 asientos estaban en juego en esta ocasión. Los nuevos miembros comienzan su período respectivo, el próximo primero de enero.
Sánchez dijo que la reelección de Cuba y otros países señalados como claros violadores de los derechos humanos, representa una lamentable situación en el seno de Naciones Unidas, donde “los gobiernos democráticos y respetuosos de la persona humana siguen siendo minoría”.
“Esto es más claro dentro del propio Consejo donde esos gobiernos actúan como cómplices uno del otro y siguen imponiéndose en ese organismo”, subrayó.
Para Sánchez la nueva reeleción del gobierno cubano en ese organismo de Naciones Unidas no tiene implicaciones “al interior de Cuba, donde el gobierno actúa no solo al margen de las leyes internacionales sino nacionales, seguirá pisoteando muchos derechos fundamentales, sobre todo los derechos civiles y políticos, y esto lo han hecho a pesar de alguna que otra condena internacional”.
“El gobierno siguió haciendo lo que le daba la gana, y lo seguirá haciendo porque en realidad, aunque suene un poco retórico, corresponde básicamente al pueblo de Cuba lograr los espacios indispensables de libertad y bienestar”, afirmó Sánchez.
“No podemos estar esperando por resoluciones internacionales o esfuerzos de gobierno alguno, porque su posibilidad de influir en la realidad cubana, en términos prácticos, realmente es poca”, subrayó.
